LOS MISTERIOS GOZOSOS DEL SANTO ROSARIO


MYSTERIA GAUDIÓSA

INTRODUCCIÓN, MEDITACIÓN y ORACIONES ANTES DEL SANTO ROSARIO



Memorare

Coeleste Palmetum 1866



Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, 
que jamás se ha oído decir que ninguno

de los que han acudido a vuestra protección, 
implorando vuestra asistencia y reclamando

vuestra socorro, haya sido desamparado de Vos. 

Animado con esta confianza, a Vos también acudo,

oh Virgen, Madre de la vírgenes!, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vuestra presencia Soberana.

No desechéis oh purísima Madre de Dios mis humildes súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.

Amén.



MEMORARE, O piissima Virgo Maria, non esse auditum a saeculo,

quemquam ad tua currentem praesidia, tua implorantem auxilia,

tua petentem suffragia, esse derelictum. Ego tali animatus confidentia,

ad te, Virgo Virginum, Mater, curro, ad te venio, coram te gemens peccator assisto.

Noli, Mater Verbi, verba mea despicere; sed audi propitia et exaudi.

Amen.




La oración diaria de la Medalla Milagrosa

San Maximiliano Kolbe

 

 

¡Oh María, sin pecado concebida!,

ruega por nosotros que recurrimos a Vos,

y por los que no recurren a Vos, especialmente

por los masones y por los que te son encomendados.

Amén.

 

 

O Maria sine labe concepta,
ora pro nobis, qui ad Te confugimus.

Et pro omnibus qui ad Te non recurrunt et praesertim pro massoninbus et commendatis Tibi.

Amen.


ORACIÓN DE OFRECIMIENTO E INTENCIÓN DEL SANTO ROSARIO

(La siguiente oración es solamente una sugerencia)

Oración breve (en silencio)

 

 


¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario!

Vos que plantasteis en la Iglesia,

por medio de vuestro privilegiado hijo Domingo,

el místico árbol del Santo Rosario,

haced que abracemos todos Vuestra santa devoción

y gocemos su verdadero espíritu;

de suerte que aquellas místicas rosas sean

en nuestros labios y corazones,

para los pecadores medicina

y para los justos, aumento de gracia.

Amén.



EN LA CRUZ DEL ROSARIO

Signum Crucis

+ En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


+ In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti, Amen

.

El Credo de los Apóstoles.


Creo en Dios Padre, Todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra.

Y en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor;


doblemos la rodilla


que fue concebido por obra

y gracia del Espíritu Santo;

y nació de Santa María Virgen;


Levantémonos


padeció bajo el poder de Poncio Pilato;

fué crucificado, muerto y sepultado;

descendió a los infiernos;

al tercer día resucitó de entre los muertos;

subió a los cielos y está sentado

a la diestra de Dios Padre Todopoderoso;

desde allí ha de venir a juzgar

a los vivos y a los muertos.

 

Creo en el Esprítu Santo,

en la Santa Iglesia Católica;

la comunión de los santos;

el perdón de los pecados;

la resurrección de la carne

y la vida eterna.

Amén



Credo in Deum Patrem omnipotentem, Creatorem coeli et terrae.

Et in Jesum Christum, Filium ejus unicum, Dominum nostrum,


qui conceptus est de Spiritu Sancto, natus ex Maria virgine,


passus sub Pontio Pilato, crucifixus, mortuus, et sepultus, descendit ad infernos,

tertia die resurrexit a mortuis, ascendit ad coelos, sedet ad dexteram Dei Patris omnipotentis, inde venturus est judicare vivos et mortuos.


Credo

in Spiritum Sanctum, sanctam ecclesiam catholicam, sanctorum communionem,

remissionem peccatorum, carnis resurrectionem et vitam aeternam.              

Amen.

Padre nuestro – Pater noster


Padre nuestro que estás en el cielo:

santificado sea Tu Nombre;

venga a nosotros Tu Reino;

hágase Tu voluntad

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.          

Amén.



Pater noster, qui es in caelis: sanctificetur Nomen Tuum;

adveniat Regnum Tuum; fiat voluntas Tua,

sicut in caelo, et in terra.

Panem nostrum cotidianum da nobis hodie;

et dimitte nobis debita nostra,

Sicut et nos dimittimus debitoribus nostris; et ne nos inducas in tentationem;

sed libera nos a malo.

Amen.



Dios te Salve, María – Ave Maria x 3


Dios te salve, María.

Llena eres de gracia:

El Señor es contigo.

Bendita Tú eres entre todas las mujeres.

Y bendito es el fruto de Tu vientre: Jesús.

Santa María, Madre de Dios,

ruega por nosotros pecadores,

ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Amén



Ave Maria,

gratia plena;

Dominus tecum:

benedicta tu in mulieribus,

et benedictus fructus ventris tui Iesus.

Sancta Maria, Mater Dei,

ora pro nobis peccatoribus,

nunc et in hora mortis nostrae.

Amen



Gloria – Gloria Patri


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos.

Amén



Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto.

Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum.

Amen.

Oración de Fatima

En la tercera aparición de la Virgen María a los pastorcitos
en Fátima 1917. “Cuando receis el Rrosario, decid después de cada misterio :”

El cardenal Leo Burke recita esta oración en latín.

El obispo Athanasius Schneider no recita esta oración.

 


¡Oh Jesús mío!, perdona nuestros pecados,

sálvanos del fuego del infierno,

y lleva al cielo a todas las almas,

socorre especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.

 

 

 

O mi Jesu, dimitte nobis debita nostra,

libera nos ab igne inferni,

deduc in cælo omnes animas,

præsertim  illas quae maxime ìndigent misericordiae tua.



EN EL COLGANTE DEL ROSARIO



Primer Misterio Gozoso

– Primum mysterium Gaudiósa –



La Encarnación del Hijo de Dios

– Annunciatio –



(Luk 1:26-38)


26Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,27a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.

28Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida!
El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.29Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.30Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.31Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.

32Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;33y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.


34Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.

35Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

36Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril;37porque nada hay imposible para Dios.

38Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra.


Y el ángel se fue de su presencia.


–   breve reflexión sobre el misterio de Cristo   –




Padre nuestro – Pater noster


Padre nuestro que estás en el cielo:

santificado sea Tu Nombre;

venga a nosotros Tu Reino;

hágase Tu voluntad

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.          

Amén.




Dios te Salve, María – Ave Maria


Dios te salve, María.

Llena eres de gracia:

El Señor es contigo.

Bendita Tú eres entre todas las mujeres.

Y bendito es el fruto de Tu vientre: Jesús.

Santa María, Madre de Dios,

ruega por nosotros pecadores,

ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Amén




Gloria – Gloria Patri


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos.

Amén         



Oración de Fatima: 


¡Oh Jesús mío!, perdona nuestros pecados,

sálvanos del fuego del infierno,

y lleva al cielo a todas las almas,

socorre especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.




Segundo Misterio Gozoso

– Secundum mysterium Gaudiósa –



La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel

– Visitatio 



Luk 1:39-45


39En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá;40y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet.


41Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,42y exclamó a gran voz, y dijo:

Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.43¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?44Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.


45Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.



– breve reflexión sobre el misterio de Cristo –



Padre nuestro – Pater noster


Padre nuestro que estás en el cielo:

santificado sea Tu Nombre;

venga a nosotros Tu Reino;

hágase Tu voluntad

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.          

Amén.




Dios te Salve, María – Ave Maria


Dios te salve, María.

Llena eres de gracia:

El Señor es contigo.

Bendita Tú eres entre todas las mujeres.

Y bendito es el fruto de Tu vientre: Jesús.

Santa María, Madre de Dios,

ruega por nosotros pecadores,

ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Amén




Gloria – Gloria Patri


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos.

Amén         



Oración de Fatima: 


¡Oh Jesús mío!, perdona nuestros pecados,

sálvanos del fuego del infierno,

y lleva al cielo a todas las almas,

socorre especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.




Tercer Misterio Gozoso

– Tertium mysterium Gaudiósa –



El Nacimiento del Hijo de Dios en el portal de Belén

– Nativitas



Luk 2:1-12


1Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. 2Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. 3E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.


4Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; 5para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. 6Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.

7Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.



 

–   breve reflexión sobre el misterio de Cristo   –




Padre nuestro – Pater noster


Padre nuestro que estás en el cielo:

santificado sea Tu Nombre;

venga a nosotros Tu Reino;

hágase Tu voluntad

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.          

Amén.




Dios te Salve, María – Ave Maria


Dios te salve, María.

Llena eres de gracia:

El Señor es contigo.

Bendita Tú eres entre todas las mujeres.

Y bendito es el fruto de Tu vientre: Jesús.

Santa María, Madre de Dios,

ruega por nosotros pecadores,

ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Amén




Gloria – Gloria Patri


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos.

Amén         



Oración de Fatima: 


¡Oh Jesús mío!, perdona nuestros pecados,

sálvanos del fuego del infierno,

y lleva al cielo a todas las almas,

socorre especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.




Cuarto Misterio Gozoso

– Quartum mysterium Gaudiósa –



La presentación de Jesús en el Templo

– Presentatio – 



Luk 2:22-35


22Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor 23como está escrito en la ley del Señor:

Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor, 24y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.


25Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor.27Y movido por el Espíritu, vino al templo.


Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley,28él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:

29Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,

Conforme a tu palabra;

30Porque han visto mis ojos tu salvación,

31La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;

32Luz para revelación a los gentiles,

Y gloria de tu pueblo Israel.


33Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. 34Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, este está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha 35y una espada traspasará tu misma alma, para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.



– breve reflexión sobre el misterio de Cristo –




Padre nuestro – Pater noster


Padre nuestro que estás en el cielo:

santificado sea Tu Nombre;

venga a nosotros Tu Reino;

hágase Tu voluntad

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.          

Amén.




Dios te Salve, María – Ave Maria


Dios te salve, María.

Llena eres de gracia:

El Señor es contigo.

Bendita Tú eres entre todas las mujeres.

Y bendito es el fruto de Tu vientre: Jesús.

Santa María, Madre de Dios,

ruega por nosotros pecadores,

ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Amén




Gloria – Gloria Patri


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos.

Amén         



Oración de Fatima: 


¡Oh Jesús mío!, perdona nuestros pecados,

sálvanos del fuego del infierno,

y lleva al cielo a todas las almas,

socorre especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.




Quinto Misterio Gozoso

– Quintum mysterium Gaudiósa –



El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo

– Inventio in Templo



Luk 2:41-52


41Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua;  42y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta.

43Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre.

44Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; 45pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole.


46Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. 47Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.

48Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre:

Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia.


49Entonces él les dijo:

¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?


50Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. 51Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.


52Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.




– breve reflexión sobre el misterio de Cristo –





Padre nuestro – Pater noster


Padre nuestro que estás en el cielo:

santificado sea Tu Nombre;

venga a nosotros Tu Reino;

hágase Tu voluntad

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.          

Amén.




Dios te Salve, María – Ave Maria


Dios te salve, María.

Llena eres de gracia:

El Señor es contigo.

Bendita Tú eres entre todas las mujeres.

Y bendito es el fruto de Tu vientre: Jesús.

Santa María, Madre de Dios,

ruega por nosotros pecadores,

ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Amén




Gloria – Gloria Patri


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos.

Amén         



Oración de Fatima: 


¡Oh Jesús mío!, perdona nuestros pecados,

sálvanos del fuego del infierno,

y lleva al cielo a todas las almas,

socorre especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia.



EN EL COLGANTE DEL ROSARIO

– Las antífonas Marianas se cantan al final del Rosario –

Orémus

Salve, Regina, Mater misericordiae,

vita, dulcedo, et spes nostra, salve!

Ad te clamamus, exsules filii Evae.

Ad te suspiramus gementes et flentes

in hac lacrimarum valle.

Eia, ergo, advocata nostra,

illos tuos misericordes oculos ad nos converte.

Et Iesum, benedictum fructum ventris tui,

nobis post hoc exilium ostende.

O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.

 

 

V. Ora pro nobis, sancta Dei Génitrix.

R. Ut digni efficiámur promissionibus Christi.

 

 

 

 

Oremos:

Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia,

vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.

A Tí llamamos los desterrados hijos de Eva,

a Tí suspiramos, gimiendo y llorando

en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra,

vuelve a nosotros esos Tus ojos misericordiosos

y, después de este destierro,

muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clemente, oh piadosa, oh siempre dulce Virgen María!

 

 

V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios

R. Para que seamos dignos de alcanzar la promesa de nuestro
Señor Jesucristo.

 

ORACIONES FINALES DEL ROSARIO

ORATIO AD FINEM ROSARII DICENDAE


Oremos:

Oh Dios cuyo unigénito Hijo con su vida,

muerte y resurrección nos alcanzó el premio de la vida eterna,

concédenos a los que recordamos estos misterios del Santo Rosario,

imitar lo que contienen y alcanzar lo que prometen,

por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. 

Amen.

 


Orémus:

Deus, cuius Unigénitus per vitam,

mortem et resurrectiónem suam

nobis salútis ætérnæ præmia comparávit,

concéde, quaésumus: ut, hæc mystéria sacratíssimo

beátæ Maríæ Vírginis Rosário recoléntes,

et imitémur quod cóntinent,

et quod promíttunt assequámur.

Per Christum Dóminum nostrum.  

Amen.

 

 


† En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén.

 

†  In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti, Amen.

 

 

 

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Tanto el Cardenal Burke como el Obispo Schneider terminan `

sus rezos del Rosario en latín en este punto.

 


 

La comunidad Paso-a-Paso sigue las perlas que nos conducen a la Cruz.

ORACIONES FINALES EN LA CRUZ DEL ROSARIO

El rezo del Rosario termina con oraciones por el Santo Padre y las intenciones papales.



(Los católicos que rezan el rosario en grupo o, individualmente, ante el Santísimo Sacramento,
pueden obtener una indulgencia parcial en las condiciones habituales, que incluyen la oración por las intenciones papales. Rezar un Padre nuestro, un Dios te Salve, María y un Gloria,  † ).

 

 


V.  Oremos por el alma eterna de nuestro Pontífice N.,

R.  Que el Señor le conserve, y le dé vida, y le haga santo en la tierra, y no le entregue a la voluntad de sus enemigos.


R.  Tu eres Pedro, Y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

 



Oremos:   Padre nuestro, un Dios te Salve, María, y un Gloria.  † 

 


V.  Dale Señor el descanso eterno.

R.  Brille para él la luz perpetua.

V.  Descanse en paz.

R.  Amen.



 

Oremos:           

(Oramos para protegernos bajo el manto de la Santa Madre de Dios con la invocación Sub tuum praesídium. El Santo Padre también pidió el 29 de Septiembre de 2018
que el rezo del Santo Rosario terminara con la oración escrita por León XIII).

 


 

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios;

no deseches las súplicas que te dirigimos

en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre

de todo peligro, ¡Oh Virgen gloriosa y bendita!   

 

 


San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla;

Sé nuestro amparo contra la perversidad y

asechanzas del demonio.

Reprímale Dios, pedimos suplicantes,

y tú, Príncipe de la Milicia Celestial,

arroja al infierno con el divino poder a Satanás

y a los demás espíritus malignos que andan dispersos

por el mundo para la perdición de las almas.

Amen.

 

†   En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.